Creando recuerdos
La primera vez que pensamos en crear un bed & breakfast, nos atraía el nuevo estilo de vida que suponía, abandonar la rutina laboral para vivir nuestro sueño en el campo asturiano. Pensándolo bien, era éste un enfoque bastante egoísta. No obstante, pronto nos dimos cuenta de que para crear algo especial, teníamos que hacerlo pensando en los clientes, no sólo en nosotros.

En 2012, después de dejarlo todo en Inglaterra, y antes de embarcarnos en el gran sueño, hicimos un viaje inolvidable por Taiwán, junto con unos amigos que residen allí. Pasamos muchas horas charlando con ellos sobre la idea, normalmente durante una barbacoa en la playa o incluso en la parte trasera de un local de comida callejera. En estas conversaciones llegamos a la conclusión de que diseñaríamos nuestro hotelito siempre teniendo en mente a un cliente ideal y lo que a ese cliente le gustaría encontrar. Así creamos al “Cliente X”. Diseñamos las habitaciones, la decoración, los accesorios y detalles, pensamos en la página web, siempre en relación con las necesidades del Cliente X. Como consecuencia, hoy el gran sueño es un hotel rural único y diferente. Sin embargo, hasta ahora no teníamos ni idea que lo que realmente estábamos creando iba más allá de la presencia física de la casa rural y su página web. Sin darnos cuenta, estábamos creando también una experiencia inolvidable para el Cliente X.
Mucho más tarde, cuando comenzamos a charlar con nuestros clientes reales, para nuestro deleite, comprobamos que todos tenían algo en común con el Cliente X. Sin embargo, también descubrimos algo nuevo. La revelación fue que estábamos creando algo mucho más duradero que alojarse en un lugar especial. Estábamos ayudando a crear recuerdos duraderos, algo que no habíamos incluido en la lista de deseos del Cliente X. Estos recuerdos que estábamos ayudando a crear durarían probablemente toda la vida de estas personas. Hasta la fecha hemos creado cientos, casi mil.
Al prestar atención a esos pequeños detalles en el diseño, la comodidad y la calidad de la comida, no solo conseguimos que el gran sueño sea un alojamiento especial, también ayudamos a crear recuerdos inolvidables de momentos especiales, únicos. Las vistas de las Picos o el Sueve, de un amanecer o de la niebla matinal desde el dormitorio o el jardín, el canto de los pájaros y el vuelo de una lechuza por la noche, la visita de un corzo a nuestro prado para coger frutos de nuestro manzano, los paseos desde la puerta, el aperitivo en el jardín. Todos estos detalles hacen de una simple escapada rural de la vida en la ciudad una experiencia especial, única e inolvidable. Qué ingenuos al pensar que sólo íbamos a cambiar nuestras vidas, y qué orgullosos estamos de los comentarios y críticas positivas en las redes sociales. Nos sentimos afortunados por haber podido reconocer lo importante que es la estancia de cada cliente, e igualmente estamos orgullosos de poder ofrecer ese regalo único que es llevarse de el gran sueño un recuerdo especial para toda la vida.